Características fundamentales de la Orden de los
Constructores Masones (OCM) Oficialmente su programa dice lo siguiente:
Esta Orden lo preconiza y defiende en acción netamente concretada en
postulados inequívocos, cristalizados a través de los años en
principios que culminaron en las declaraciones de Buenos Aires de
1936 y de Lima de 1938, ratificadas en Panamá en 1939, que se llamó
la Carta Magna de las libertades y garantías americanas. Para realizar el programa que la regula, cada uno de los Caballeros que integran esta Orden, debe – según sus estatutos – mantener obligatoriamente correspondencia con algunos Caballeros de los distintos países, propendiendo así al mejor conocimiento entre los hombres de la Francmasonería, que es el primer lazo de la unión y la fraternidad de sus países respectivos. La calidad de hermano que distingue a un masón, es la mejor garantía para que esa relación de amistad que debe crearse, tenga un carácter más hondo y más íntimo; pues dos masones en mutua correspondencia ya tienen por el hecho de ser tales, una gran parte del camino recorrido. La condición de Caballero se obtiene por la posesión de méritos personales, ganados tanto en la vida masónica como profana, si la Orden llegara a disolverse, su bienes deben pasar a ser propiedad de las instituciones masónicas de carácter benéfico o educacional del lugar en que resida la sede de la Institución. La insignia de la Orden, cuya obtención es obligatoria para sus miembros, es una Cruz de Malta dorada, esmaltada en blanco y en el centro de disco de oro presenta las letras O. C. M. Se prende sobre el costado izquierdo del pecho por medio de cinta negra de seda.
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